Tunden al Reforma por asegurar que se hizo trampa en la recolección de firmas contra expresidentes
Los medios convencionales no dieron importancia a la recolección de las firmas para la consulta contra los ex presidentes de México.
Solo medios alternativos, como Sin Línea Mx, informaron sobre el proceso que se llevó a cabo durante 15 días, pues el día de ayer era la fecha límite para entregar 1,6 millones de firmas al Senado.
Gracias al esfuerzo ciudadano, no solo se llegó a la meta, sino que se duplicó la cantidad y a las 11 de la noche, el colectivo encargado de organizar la recepción de firmas, entregó al senado 2.7 millones de firmas.
Sin embargo, esta mañana, el diario Reforma publicó en primera plana un reportaje donde asegura que “brotaron” 12 mil firmas por segundo, insinuando que hay irregularidades en la recaudación de autógrafos para juzgar a los expresidentes.
Como era de esperarse, la nota fue replicada por personales de la derecha, como Mariana Gómez del Campo, sobrina de los Calderón-Zavala, el periodista y memero Javier Risco; además de demás políticos anti-López Obrador, quienes aseguran que se ‘hizo fraude’ con las firmas para solicitar juicio contra los expresidentes de México.
Los organizadores mostraron su descontento; y retaron al Reforma y demás políticos que ponen en duda el trabajo ciudadano, a realizar su trabajo, para que en lugar de descalificar, hubieran acudido a las mesas donde se recogían las firmas de las miles de personas que estamparon su firma para pedir que se les castigue a los exmandatarios federales.
Otros usuarios más señalaron el carácter engañoso del encabezado del Reforma y que éste no se sostiene con la información que lleva el cuerpo de la nota. Y señalaron que no lo que se informó no era periodismo, sino manipulación.
Por su parte, la Senadora con licencia, Citlalli Hernández también reclamó la portada engañosa de El Reforma y le señala el justo reclamo de los ciudadanos. Sumado a los detractores de la consulta, el periodista Javier Risco, también se subió a descalificar las firmas obtenidas y causó más molestia todavía al afirmar, sin hacerlo directamente, que los ciudadanos no habían juntado esas firmas sino que había sido “un milagro”.