“Fui torturado en presencia de Loret de Mola”: Revelan el FUERTE testimonio de Israel Vallarta
Israel Vallarta Cisneros (IVC), llevaba 13 años recluido sin ser sentenciado, su expediente detenido por consigna de Calderón y de García Luna. Se encontraba entre el desgano por su proceso jurídico parado, y una gran necesidad de comentar lo que había sucedido con Loret de Mola.
Al Penal de Puente Grande, Jalisco, en 2018, llegó al módulo 4 pasillo 2-A, Israel Vallarta Cisneros. Ahí me encontraba yo, en el 1-A, ambos pasillos están en la segunda planta del edificio. La distancia entre ambos es aproximadamente de 6 metros. Por lo mismo, diario coincidíamos en alguna actividad.
Ambos platicamos de muchas cosas. Me comentó como fue el montaje, transmitido por Loret de Mola, en el Rancho las Chinitas. Los dos ahí parados, cerca de la ventana de la tienda.
IVC: Unos minutos antes de salir en la T.V. me estaba muriendo por la tortura, tú sabes cómo es la tortura física y psicológica. Ya no aguantaba, apenas respiraba, los toques eléctricos, las bolsas de plásticos en la cara, los golpes y patadas por todo el cuerpo. No podía sostenerme. Me sostenían, de los brazos, los torturadores de la Policía Federal. Ahí, en la casa de las Chinitas, estaba Cárdenas Palomino golpeándome. También estaba Loret de Mola, entró de manera rápida, dirigiéndose a mí con su micrófono. Loret ya sabía con anterioridad dónde me encontraba.
Yo: ¿Dónde estaba Loret? Había llegado desde antes. Lo vi por la rendija de abajo de la puerta, mientras me tenían tirado en el piso. No sabía quién era. Solo alcanzaba a ver el logotipo de televisa en el micrófono que tenía en la mano. Estaba a unos metros, en la entrada de la casa, platicando con Cárdenas Palomino en una camioneta blanca. Conversaron como unos 10 minutos. Yo seguía tirado, me seguían torturando, con la bolsa de plástico en la cara. Esa bolsa que mata y no deja huella.
Yo: ¿Cómo entra a la casa Loret? Entra corriendo, dirigiéndose a mí, en una mano el micrófono y con la otra dirigía a su camarógrafo. Ahí ya estaba parado y me sostenían del brazo los dos policías. Se me doblaban las piernas, no las sentía. Todo era confusión, estaba en shock, como todos los torturados. Tú sabes cómo se siente la tortura en ese momento, estás como muerto en vida. Estás pensando que lo que vives no es cierto, piensas que es un sueño. Nunca comprendí, ni supe, cómo contesté las insistentes preguntas de Loret de Mola.
Yo: ¿Qué hizo Loret cuando te vio? Me señaló, me pusieron una fuerte luz en la cara y el micrófono lo tenía pegado a mi boca. No podía sostenerme, se me doblaban las rodillas. Loret vio como me golpeaban las piernas y las espinillas y no lo televisó. Eran golpes abajo, Loret con micrófono en mano y su cámara de televisa, veía cómo me doblaba por los golpes, mientras él insistía con sus preguntas. En ese estado y en esas circunstancias, nadie puede contestar de manera coherente. Me caía de dolor.
Yo: ¿Loret no les decía a los policías que ya no te golpearan y lo dejaran hacer la entrevista? No, él estaba de acuerdo con el montaje. Hacía como si no viera los golpes y la tortura. Loret me torturaba psicológicamente con sus preguntas insistentes. Siempre sentí que Loret me gritaba con sus preguntas mientras los otros me golpeaban. En una parte de la entrevista que sale en la televisión, se observa ésta situación, los policías me torturaban físicamente y Loret psicológicamente.
¿Sabes? Veía la cara de Loret, y sentía que disfrutaba ver cómo me torturaban y él haciendo una entrevista falsa. Mientras Loret insistía con sus preguntas, los golpes arreciaban por debajo, que no salieran en cámara, aunque me doblaba de dolor. A cada pregunta, venia una serie de golpes. Por eso digo que Loret me torturó psicológicamente. Eran preguntas acordadas con Cárdenas Palomino. Eran gritos de un torturador. Y como se dice jurídicamente: “La tortura, los tratos crueles, inhumanos y degradantes, tienen castigo”. Loret me torturó.
Yo: ¿Y García Luna? A García Luna lo vi unos minutos antes de que entrará Loret. También me torturó, lo vi platicó con Loret y Palomino antes de entrar a la casa. El montaje se hizo entre los tres. Yo los vi.
Quedé sorprendido de lo que me contó Israel, pero mi sorpresa fue creciendo, cuando las pláticas con Israel se hicieron más largas sobre Loret de Mola. Todavía falta mucho que escribir. La historia de Loret es larga. Y tendrá que escribirse. Hasta aquí dejo, por el momento, este cachito de Loret, y sus andanzas de “periodista”.