En plena alerta máxima por Covid-19 Lety López autorizó boda fifí en Córdoba
Córdoba, Ver. – La corrupción del peor gobierno municipal que ha tenido Córdoba en su historia y encabezado por la alcaldesa del PAN Leticia López Landero, así calificaron en las redes sociales a la presidenta municipal por ser la principal responsable de permitir que la gente no aplique los protocolos de prevención contra el Covid-19, tal como ocurrió la tarde del sábado pasado al llevarse a cabo una boda de alta sociedad en la Catedral de la Inmaculada Concepción, con más de 200 invitados que desacataron las medidas sanitarias.
Junto con ella es responsable el obispo de la diócesis de Córdoba, Eduardo Cirilo Carmona, porque al igual que a la presidenta municipal, le llegaron al precio para autorizar la celebración de la boda de Jorge Bello y Chantal Muguira, pertenecientes a dos de las familias más adineradas de Córdoba y del estado.
Quedó claro que con dinero baila el perro, porque ni siquiera el encargado de la Unidad Municipal de Protección Civil, Luis Alfredo Chávez Ochoa, quien junto a otros funcionarios, dio rueda de prensa este lunes por la mañana para lavarse las manos al afirmar que ninguna autoridad eclesiástica reportó la celebración religiosa al ayuntamiento, la que se viralizó a través de las redes sociales y hasta fue mencionada en medios nacionales, pero la realidad es que nadie hizo nada porque argumentos de sobra tenían al estar Córdoba en alerta máxima por el Coronavirus, pero como la alcaldesa ya estaba «billeteada», solo les quedó hacerse de la vista gorda, porque la celebración religiosa, la algarabía y la pasarela de automóviles de lujo y último modelo por el Centro Histórico fue más que evidente.
Peor hubiera sido que la fiesta se realizara en la ex-hacienda histórica de San Francisco Toxpan, tal y como estaba planeado porque el ayuntamiento si dio el permiso, pero el enojo y quejas de la gente en las redes sociales, hizo recular a la alcaldesa del PAN Lety López para que la sede de la fiesta se cambiara de último momento a un salón particular en el fraccionamiento Campestre, ya que, fuentes cercanas a la primera línea del equipo de la poderosa presidenta municipal afirman que desde el miércoles pasado estaba más que enterada ratificando la celebración que se daría el sábado aunque ella lo niegue, pues también estaba invitada por la ex diputada priista Paulina Muguira.
La mencionada boda se viralizó al instante a través de las redes sociales, la cual causó la indignación de miles de personas porque se realizó sin aplicarse los protocolos sanitarios y las autoridades callaron, pero cuando se trata de fiestas de pobres como así las ven los del ayuntamiento cordobés de inmediato les cae la Policía y Protección Civil, como ocurrió el 27 de diciembre de 2020 en la parroquia del Espíritu Santo en San Román, y hasta Comunicación Social difundió el boletín de prensa de la hazaña.
La boda del sábado es sólo un ejemplo de la pésima desorganización de las autoridades municipales encabezadas por la panista Leticia López Landero, porque por falta de medidas sanitarias preventivas reales cada día está en aumento el número de enfermos y decesos a causa del Covid-19 en Córdoba, ya conocida como Cordovid.
De nada sirven los decretos gubernamentales para frenar la movilidad de gente en los municipios de mayor riesgo, si las autoridades municipales cordobesas-panistas no aplican el orden ni tampoco vigilan se cumplan al pie de la letra las medidas preventivas.
Ejemplo de ello fue el fin de semana en el parque 21 de mayo, mientras el perímetro central fue acordonado con cintas rojas, la gente de la clase socialité-fifí cordobesa hizo caso omiso y quitó las que fueron colocadas en las bancas que están pegadas a la barda del atrio de la Catedral, unos comiendo, otros echando novio y familias completas disfrutando del paisaje.
Peor aún que las autoridades permitan la instalación del tianguis de la Antorcha, la gente y chóferes vayan sin cubrebocas en los autobuses del transporte público, las cantinas y bares populares estén siempre abiertos, como ocurrió con los antros Utopía y Mandalay que abrieron descaradamente al público para festejar el Año Nuevo, ni se diga la zona del mercado Revolución, que se ha convertido en un gran foco rojo de transmisión del virus.
Está claro que la gente no hace caso y no lo hará hasta que no tenga un familiar enfermo o muerto, pero es responsabilidad de las autoridades municipales, por ser los primeros responsables de la salud de la gente, hacer su trabajo y dar resultados, lo cual no ocurre en el Córdoba donde gobierna la poderosa presidenta municipal panista Lety López.