Córdoba, Ver. – Sin pizca de vergüenza, funcionarios, exfuncionarios y demás pillos de la coalición PRI-PAN-PRD quieren a toda costa seguir gobernando Córdoba, cual vil cáncer que carcome a los ciudadanos, de quienes han hecho su mejor botín político durante los procesos electorales, pero después los dejan a su suerte.
Quedó al descubierto el nido de ratas que pretende gobernar Córdoba, encabezados por Guillermo Rivas Díaz, quien se vendió al mejor postor y ahora quiere ser alcalde pero respaldado por el Partido Acción Nacional (PAN), ya hasta se registró como precandidato, sin embargo, la presidenta municipal emanada del mismo partido, Leticia López Landero, es su peor carta de presentación, siendo la segunda peor alcaldesa del país, esto recientemente con números de la empresa encuestadora Arias Consultores ya que salió calificada en el número 99 de 100 de las y los presidentes municipales evaluados, pues sólo hundió más a Córdoba en el rezago, eso sin contar con la bola de vivales que conforman la planilla que lleva y ya circula en las redes sociales, todos conocidos por ser de la peor calaña.
Rivas Díaz ya fue alcalde por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) durante los últimos nueve meses del 2013, al suplir al corrupto priista Francisco Portilla Bonilla, tras la licencia definitiva que el Congreso del Estado le otorgó. Hoy sus ideales se esfumaron cuando le llegaron al precio los mismos corruptos que han saqueado las arcas municipales, y hacer acuerdos «políticos» con el priista Juan Manuel Díez Francos y Leticia López Landero para tapar las corruptelas cometidas por esta mujer sin escrúpulos en Córdoba.
Los «acuerdos» políticos son eso, amarres para incluir a gente, no importa que no conozcan nada de política, lo que vale es ganar, conservar el poder para seguir gobernado Córdoba, aunque frieguen a la gente.
Para que vean cómo se mueven las piezas del ajedrez, Maximino García Guzmán, funcionario en la actual administración municipal, aparece como suplente de Rivas Díaz, lo hicieron a un lado para dejarle el camino libre a Rivas.
Janet Zárate Monluí ya solicitó licencia temporal pues hasta el 2 de febrero era la directora del DIF municipal, ella figura como síndico. La duartista Fátima del Ángel Palacios, como su suplente, su único logro es que fue la primera mujer latinoamericana en alcanzar la latitud 90 grados del Polo Norte, porque cuando estuvo a cargo del Instituto Veracruzano del Deporte (IVD) su trabajo fue un desastre, por cierto, llegó al cargo por el exgobernador Javier Duarte de Ochoa, su amigo.
Por supuesto que en las primeras regidurías va la gente más cercana a los viejos lobos de mar, en la primera como propietario está Leoncio Manuel Trujillo Martínez, medio hermano de Víctor Serralde Martínez, uno de los políticos más corruptos del blanquiazul y tapadera de Leticia López Landero.
En la mencionada planilla figuran nada menos y nada más que Leticia Luz López, como regidora segunda propietaria, por supuesto hija de Leticia López Landero, se imaginan de qué tamaño fue el «acuerdo» para incluirla, si es una inepta, ver para creer, como su suplente Rocío Zavaleta Hernández, exregidora y eterna dirigente Antorchista, esta mujer -y demás líderes- bien que sabe cómo vivir sin trabajar, pues sencillamente de las cuotas de miles de pobres que se acercan a la organización con la esperanza de tener un terreno y quedan atrapados por las promesas de apoyo. Por cierto, con estos pobres hacen sus mítines, bloqueos y hasta de paleros sirven.
Otros que participan en la repartición del pastel son Jonathan Rosas, regidor tercero propietario, Flavio Heredia Quiroz, su suplente.
Irma López, regidora cuarta propietaria, Luminosa Ameca, suplente; Daniel Ruiz, regidor quinto propietario; Iván Espinosa Armida, suplente.
Así que prepárense cordobeses porque se aproxima una lluvia de mentiras por estos personajes de la política, que «venderán» la imagen de Guillermo Rivas Díaz como el destacado empresario, pero la realidad es que es otro personaje corrupto vestido con piel de oveja, por cierto, usa ropa cara y de marca, que no sabe de pobreza ni de pasar hambre, pero bien que utiliza a los pobres para sus ambiciones políticas.
