La carrera meteórica de Víctor Serralde está forjada por las amenazas y venta del capital político de todo aquél al que se le acerca para traicionar y usar a su beneficio.
En el año de 2014, cuando era diputado federal, fue señalado de ser un legislador que les pedía moches a los alcaldes panistas para bajarles recursos federales.
También se exilió del estado durante el bienio de Miguel Ángel Yunes, a quien en un principio respaldó con uñas y dientes y después lo traicionó, a tal grado de estar fuera de la escena política del estado por dos años encontrando cobijo en Puebla con la familia Moreno Valle.
Desde su llegada al PAN se sabe que usa su talento para acercarse al poder dentro de las dirigencias del partido, así como de los liderazgos que hay dentro del mismo, para usar toda información obtenida a su favor.
Se le recuerda muy bien por estar acusado de reventar asambleas municipales para hacer perder o ganar candidaturas a conveniencia, ya que él incluso perdiendo intenta ganar, ya sea poder político o dividendos económicos para su propio beneficio.
En su hambre por regresar al escenario político estatal, ha buscado por todas las formas regresar al primer círculo del panismo a nivel estado, con la finalidad de usar la información del partido para beneficio propio.
Ha recorrido estructuras del partido para inflar candidaturas dentro de los municipios, a través de las amenazas y coacción para forjar candidaturas débiles destinadas al fracaso en las elecciones constitucionales.
Se sabe que, en este proceso de selección de candidaturas dentro del PAN, ha pactado con otros partidos y con distintos liderazgos panistas, incluso antagónicos a la dirigencia estatal a la que se dice servir, para construir acuerdos económicos vendiendo candidaturas municipales o distritales.
En el distrito de Huatusco ya no tiene la simpatía con la que antes gozaba puesto que en realidad no es originario de esa región y en ese contexto no siente ni se identifica con las carencias y necesidades de la zona es más ni siquiera vive ahí, pareciéndose al caso del Chiquiyunes algo muy mencionado durante los últimos días en el puerto jarocho, ya que Serralde en realidad es de Córdoba, lugar donde está aliado nada más y nada menos que con la flamante y poderosa alcaldesa más desaprobada de todo Veracruz, su ahora íntima amiga y vecina por muchos años Lety López.
Fuentes fidedignas allegadas a Serralde aseguran que este oscuro personaje descaradamente respalda candidaturas de ex duartistas como la del ex alcalde Tavo Ruiz Barroso en Alvarado, sin importarle la verdadera esencia y convicción de acción nacional.
Él y su equipo han caminado varias estructuras municipales para amenazar a los militantes o incluso les ofrecen dinero, con tal de que apoyen o no a cierto candidato para las asambleas municipales donde las y los militantes elegirán a quien dé la cara por el partido en las elecciones del 6 de junio.
Se cuentan por montón las estructuras que lo señalan de pactar incluso con otros partidos debilitando proyectos ganadores, para acceder al erario público dentro de las administraciones municipales con obra pública para su beneficio.