Los 5 megaproyectos que Beto Silva le prometió a Tuxpan en el pasado y fueron un total engaño
• Beto el Cisne-Silva, el más mentiroso y fantasioso alcalde en la historia de Tuxpan, hoy se burla de los tuxpeños prometiéndoles la “felicidad” que nunca les dio durante el duartismo.
Tuxpan, Ver. – Beto Silva es un experto en el arte de la mentira y la manipulación. Es tan hábil que siendo candidato del PRI y después alcalde, engañó a todos los tuxpeños prometiéndoles 5 megaproyectos de primer mundo, que jamás construyó. Se fue sin terminar su trienio y hoy, promete devolver la “felicidad” al pueblo que traicionó y dejó endeudado.
La primera mentira y tal vez la mayor traición a los tuxpeños ocurrió el 1° de diciembre del 2010, cuando el alcalde electo Alberto Silva Ramos y el gobernador Javier Duarte de Ochoa, acudieron al kilómetro 248 + 00 de la carretera Tuxpan-Tihuatlán, para dar el banderazo de inicio y poner la primera piedra de la autopista Tuxpan-Tampico.
Cientos de Tuxpeños y funcionarios de primer nivel acudieron a ser testigos del arranque de esta obra histórica que terminó siendo una farsa, un engaño, una tomada de pelo a Tuxpan. Esta autopista jamás avanzó de la primera piedra; ni Silva, ni Duarte volvieron a tocar el tema.
La segunda gran mentira de Beto Silva fue la construcción de un hospital de alta especialidad, con una inversión de alrededor de 300 millones de pesos, que contaría hasta con helipuerto y 120 camas.
El 18 de agosto de 2010, n una reunión donde estuvo presente Fernando Antiga Tinoco, secretario de salud y Salvador Rangel, director de planeación de SESVER, supuestamente Alberto Silva logró la aprobación del proyecto, pero todo quedó en papel.
El 14 de agosto de 2012, el entonces Secretario de Salud Pablo Anaya y el alcalde Beto Silva volvieron a anunciar la construcción del nuevo hospital, pero volvieron a engañar al pueblo. No se puso ni una piedra.
La tercera gran mentira fue la renovación y modernización del malecón de la zona centro. Las maquetas 3D lucían impresionantes, como si fuera una ciudad europea. Pero la obra que nos heredó Silva solo fue un remedo barato de lo que hizo Juan Ramón Gánem.
Eso, si, Beto reportó que se invertían en esa obra corriente y de mal gusto, 20 millones de pesos, provenientes del fideicomiso del 2% a la nómina.
La cuarta mentira fue la construcción del Centro de Convenciones de Tuxpan, de 300 millones de pesos, en los terrenos que ocupa el rastro municipal., a orillas del estero Tenechaco. La maqueta que mostró Beto Silva ilusionó a todos, porque era como la séptima maravilla del mundo, casi como la Opera de Sydney. Pero igual, todo quedó en un simple diseño, en una mentira más.
La quinta mentira fue la construcción del nuevo mercado municipal y hasta una nueva terminal del ADO. Sus maquetas eran deslumbrantes, cosa de otro mundo, por eso era fácil engañar a los tuxpeños y, además, Javier Duarte lo secundaba en sus engaños.
Duarte y Silva se burlaron de Tuxpan durante 3 años, porque además de dejar un municipio en quiebra por tantas deudas, todavía se dieron el lujo de imponer como alcalde a Raúl Ruiz, quien tapó todos los malos manejo de Silva Ramos.
Hoy, Alberto Silva intenta volver a ser alcalde, pero ya no trae maquetas, ahora atrapa incautos organizándoles bailes, prometiéndoles la felicidad.