Llama la atención que apenas casi un mes después de la elección del 6 de junio, cuatro de sus militantes más apaleados en lo que antes fueron sus bastiones políticos, hoy pretendan tomar por asalto la dirigencia estatal del PAN.
Fíjese si no:
Tito Delfín Cano fue aplastado, casi desaparecido, de la región Cuenca del Papaloapan. La fuerza de MORENA y arrastre del secretario de Gobierno, Eric Cisneros Burgos, le borraron del distrito y sus municipios.
De Jose Mancha Alarcón, ni qué decir. En Tuxpan, el municipio que pretendía gobernar, lo mandaron hasta el tercer lugar del resultado electoral.
Otro, Enrique Cambranis Torres, ese ‘ni fu, ni fa’ —como dice la expresión popular—.
Miguel Ángel Yunes Márquez apenas sacó la alcaldía de Veracruz con su “Juanita”, luego de que le dieron pa’trás a su candidatura en el Puerto. Encima, recibió otros descalabros en las diputaciones locales, federales y alcaldías de la conurbación.
Por eso, al panismo real debe darle coraje cuando los cuatro, desde la comodidad de un restaurante fifí, se les viene la ocurrencia de espetar que se vienen buenos tiempos para el PAN.
