La detención de Luis Cárdenas Palomino es un complemento obligado del enjuiciamiento histórico, cívico y judicial a su cómplice inmediato, Genaro García Luna, actualmente sujeto a proceso en Estados Unidos por sus andanzas criminales y, ampliando necesariamente la mirada, al jefe máximo de ellos, Felipe Calderón Hinojosa, un siniestro personaje supuestamente tan ciego y sordo en términos políticos y administrativos que nunca se habría dado cuenta de lo que hacía su mano derecha policiaca, García Luna, quien fue una especie de vicepresidente ejecutivo (por las ejecuciones), y todo su equipo de depredación institucionalizada.
Cárdenas Palomino fue detenido en Naucalpan, un municipio del estado de México conurbado con la capital del país. La orden de aprehensión fue expedida el 24 de septiembre de 2020. En 2012, al terminar el sexenio funerario de Calderón, había puesto fin a su carrera policiaca formal y pasó a ocuparse de tareas de seguridad privada, en específico en el Grupo Azteca, de Ricardo Salinas Pliego.
Aun cuando la acusación contra Cárdenas Palomino solamente es por el delito de tortura, y por unos cuantos casos, es de esperarse que su proceso lo sea también contra la generalizada práctica de esos tratos inhumanos a detenidos y que se sumen otros señalamientos criminales de lo hecho abundantemente por el citado ex policía.
Es de mencionarse que el caso Cárdenas Palomino tiene como uno de sus referentes conocidos el montaje televisivo hecho, aplicado y puntualmente, por Carlos Loret de Mola en un noticiero matutino de Televisa, quien está citado a declarar (lo haría de manera virtual) ante un juez, a petición de Israel Vallarta, según su esposa, Mari Sainz. Vallarta está por cumplir 16 años en la cárcel sin recibir sentencia.
En otro tema: Elisa Loncón Antileo fue electa para presidir la convención constituyente de Chile. Lingüista, mapuche y mujer progresista, simboliza la esperanza de redactar en términos avanzados, plurinacionales y de acento popular, una nueva Constitución para el país sudamericano, en sustitución de la dejada por el general golpista Augusto Pinochet.
Lo que está sucediendo en Chile puede proporcionar importantes enseñanzas para el proceso de cambio que se vive en México. Para empezar, es interesante el predominio de convencionistas sin adscripción partidista, a título independiente, pero con tendencia a la izquierda. Los partidos políticos fueron superados por las propuestas individuales, con un proyecto general compartido. En la etapa inicial, en la cual habrán de ponerse de acuerdo esos convencionistas respecto de reglamentos y prácticas de trabajo, habrá de verse si la falta de oficio tradicional complica que se concreten acuerdos.
Por otra parte, la elección de Loncón Antileo (58 años de edad, maestra de humanidades en la Universidad de Santiago de Chile, con doctorado en esa materia, además de otros títulos, entre ellos una maestría en lingüística en la Autónoma Metropolitana, campus Iztapalapa), subraya la condición paritaria de esa convención constituyente y la integración decisoria de representantes de los pueblos originarios (el domingo, en su discurso de toma de posesión, una parte de la improvisación la hizo en mapudungún, su lengua natal).
Es necesario destacar que este asomo a las alamedas invocadas por Salvador Allende en su postrer discurso, el 11 de septiembre de 1973, antes de morir en el contexto del golpe pinochetista («… mucho más temprano que tarde, se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor») proviene de fuertes movilizaciones, el estallido social, que se realizaron en octubre de 2019.
Mucho podría aprenderse del actual proceso chileno: la masiva y vigorosa movilización de protesta para forzar aperturas y vías en pro del cambio, la prescindencia del abanico partidista, la irrupción de candidaturas independientes triunfantes, el reconocimiento y empoderamiento de los pueblos originarios, el cambio radical de la legalidad aherrojante y un proyecto político eficaz. ¡Hasta mañana!
Fuente: La Jornada