CulturaGeneral

La Venecia del Nuevo Mundo: Así era la gran Tenochtitlan que deslumbró a Cortés

La historia de Ciudad de México se escribe (y se construye) sobre las ruinas de Tenochtitlan, la «Venecia del Nuevo Mundo» que cautivó a Hernán Cortés hace cinco siglos.

Era un espectáculo maravilloso de lagos y canales; una de las mayores ciudades del mundo, casi mística, que Cortés y sus hombres pronunciaban como podían: Tenustitan, Tenochtitlan, Tenestecan o Temixtitan.

Pero lo que realmente hizo que el conquistador español «quedara prendado» de la capital del imperio mexica, le dice a BBC Mundo el doctor en Historia de América Esteban Mira Caballos*, fue su aspecto de «urbe palaciega».

Así la describió el propio Cortés tras su primer encuentro con Moctezuma II, ocurrido el 8 de noviembre de 1519 y que fue un evento que marcaría para siempre la conquista del territorio del actual México.

Los descendientes de Moctezuma que viven en México y España (y la curiosa “farsa” de los Moctezuma catalanes)
Por qué 500 años después en México no le perdonan a Tlaxcala que se aliara con el conquistador español Hernán Cortés
«Con admiración, describió sus calles que, según sus palabras, la mitad eran de tierra y la mitad de agua, por lo que debían transitarse en canoas», explica el historiador sevillano, especializado en las relaciones entre España y América en el siglo XVI.

«También habló de los puentes que atravesaban estas vías, que eran tan sólidos y anchos que podían pasar 10 caballos juntos a la par», continúa el académico.

«Tan impresionante le resultó al conquistador Tenochtitlan y la confederación mexica que en su Segunda Carta de Relación llegó a sugerir a Carlos V que se erigiese en emperador de aquellas tierras lo cual -decía- no sería menos meritorio que la Corona Imperial de Alemania».
«También habló de los puentes que atravesaban estas vías, que eran tan sólidos y anchos que podían pasar 10 caballos juntos a la par», continúa el académico.

«Tan impresionante le resultó al conquistador Tenochtitlan y la confederación mexica que en su Segunda Carta de Relación llegó a sugerir a Carlos V que se erigiese en emperador de aquellas tierras lo cual -decía- no sería menos meritorio que la Corona Imperial de Alemania».

Pero ¿qué sabemos realmente sobre cómo era Tenochtitlan y a través de qué fuentes?

«Conocemos el área urbana de México-Tenochtitlan gracias a estudios con representaciones cartográficas que se han venido haciendo desde la época virreinal», le cuenta a BBC Mundo el historiador mexicano Andrés Lira González**.

Entre otros, dice él, la descripción y mapa de antiguos barrios indígenas que elaboró el sacerdote y cartógrafo mexicano Antonio Alzate en 1789, además de informes sobre testimonios, planos de la ciudad de siglos XVI y XVII e importantes estudios de los arqueólogos Eduardo Matos Moctezuma y Leonardo López Luján.

Esteban Mira añade que hay planos «bastante ajustados a la realidad», como el famoso mapa de Núremberg, el cual se editó en la ciudad alemana en 1524.

«Asimismo, disponemos de la fuente arqueológica que está rescatando y verificando muchos de los lugares que describieron esos cronistas, sacando a la luz complejos arqueológicos como el impresionante Templo Mayor, el edificio del juego de la pelota y el tzompantli o altar de los cráneos», añade Mira.

Además de los relatos de Cortés y del conquistador Bernal Díaz, los códices indígenas también nos permiten hacernos una idea de cómo era aquella imponente civilización.

«En la obra de Bernal Díaz del Castillo hallará el lector la impresión que causó a los conquistadores el panorama que contemplaron al asomarse al Valle de México», cuenta Lira González.

El escritor mexicano dice que Cortés, «convencido de la grandeza de México, se empeñó en establecer ahí la capital de los dominios que había logrado y los que lograría después, pese a los inconvenientes del suelo cenagoso».

«Recordemos que Tenochtitlan y Tlatelolco se asentaron en islotes y se extendieron ganando espacio sobre la laguna y ciénagas que ocupaban el ‘Valle de México’ (en realidad, una cuenca cerrada por montañas en el sur, que impidieron la salida del agua)», señala.

El enigmático hallazgo de figuras prehispánicas en el dique virreinal del Albarradón de Ecatepec en México
Sin duda, las imponentes estructuras de la ciudad mexica alzada sobre aquel enorme lago deslumbraron a los recién llegados.

Pero «es difícil imaginar en la actualidad cómo debió ser Tenochtitlan a la llegada de los españoles», puntualiza Mira.

Sin embargo, tenemos algunos datos.

«La Venecia del Nuevo Mundo»
«Era una ciudad lacustre, la ‘Venecia americana’ [del Nuevo Mundo] ubicada en medio de un lago, aislada, a la que solo se podía acceder por tres calzadas y que debía ser abastecida desde el exterior», explica Mira.

Para que se hagan una idea: «Se ubicaba en medio de más de 2.000 km2 de lagos en los que había muchos peces, mientras que en las tierras circundantes se practicaba una agricultura muy productiva que permitía altos índices de población de la zona», dice el historiador.

«(El escritor y colonizador español) Fernández de Oviedo la describió como una ciudad palaciega, edificada en medio del lago Texcoco, con casas principales, porque todos los vasallos de Moctezuma solían tener residencia en la capital, donde vivían una parte del año».
«Era una urbe refinada, con baños públicos, con una treintena de palacios que albergaban finas cerámicas y elegantes enseres textiles», añade el historiador español.

Mira dice que el palacio de Moctezuma, incluyendo sus jardines, ocupaba dos hectáreas y media, es decir, era más extenso que muchos alcázares españoles.

«Los propios mexicas se sentían orgullosos de su capital, así como de los grandes logros que habían conseguido, especialmente en las décadas inmediatamente anteriores de la llegada de los hispanos», cuenta el historiador.

«El ejemplo más claro del alto grado de desarrollo de su ingeniería es sin duda el acueducto que abastecía la ciudad, el de Chapultepec, que traía el preciado líquido desde un extremo del lago Texcoco. Y poseía dos complejas canalizaciones, una siempre en activo mientras se limpiaba la otra. Todo ello demuestra los grandes conocimientos en ingeniería hidráulica que llegó a alcanzar esta civilización».

Un acueducto, añade Mira, que fue cortado por Cortes antes del asedio definitivo a la ciudad (en 1521), «lo que implicó un sufrimiento extremo para los asediados, privados en pocas semanas de agua dulce».

Y es que Tenochtitlan era impresionante, «pero también extremadamente vulnerable, pues dependía en todo momento de recursos hídricos y de alimentos llegados del exterior».

Sin embargo, Lira González dice que «son evidentes en la traza y orientación» que Tenochtitlan se fundó «sobre la experiencia urbana de la antigua cultura tolteca».

En ese sentido, los mexica «aprovecharon los recursos para orientar y ensanchar su espacio en el medio lacustre que les dejaron otros pueblos anteriormente asentados en los alrededores, desarrollando técnicas innovadoras y efectivas para edificar su ciudad».

«El ‘pragmatismo’, digamos, de los mexica revela conocimientos astronómicos, religiosos y artísticos palpables en pueblos de Mesoamérica», cuenta el mexicano.

«Destaca una original ‘ingeniería’ para dominar el espacio en torno al lago y, por obra de su situación y cultura guerrera y comercial, el desarrollo de una actividad expansiva, de la que fue testigo y hábil usufructuario Hernán Cortés».

Fuente: BBC

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba