Mexicanos hackearon audioguías en museo de Viena para recuperar el penacho de Moctezuma
En varias ocasiones se ha argumentado que esta pieza no puede ser devuelta debido a que es demasiado frágil y podría dañarse de forma permanente
Un par de jóvenes se hicieron virales después de que se les ocurriera un curioso proyecto para recuperar el penacho de Moctezuma que se encuentra en el Museo Etnográfico de Viena en Austria, pieza que por más súplicas y peticiones que ha hecho el gobierno de México para tenerlo de vuelta le ha sido negado en múltiples veces.
Se trata de Sebastián Arrechedera y Yosu Arangüena, quienes decidieron poner en marcha un plan llamado “Audioguías de la verdad” el cuál consistió en intercambiar estos aparatos que ayudan a los visitantes a conocer la historia de las piezas del recinto, por otras que contaran una verdad menos occidentalizada.
Los jóvenes compraron audioguías del mismo modelo existente en el museo y grabaron en ellas un mensaje con un reclamo histórico para que los visitantes escucharan el origen de la Corona de Moctezuma.
“Lo que hemos hecho es comprar el mismo modelo de audioguía y cambiarlas por las nuestras. El mensaje que escuchan los visitantes en todo el museo es el mismo salvo cuando se plantan delante de la Corona de Moctezuma donde escuchan nuestro audio sobre su origen y pertenencia en inglés, alemán y español”, explicó Yosu para el medio El confidencial.
Ambos señalaron que este proyecto lo hicieron de forma autogestiva, por lo que el personal del museo no estuvo involucrado, ni enterado sobre lo que estaba pasando.
“Nadie sabía nada. El museo deja entrar gratis a los mexicanos como cortesía por tener ellos la corona. Nosotros tomábamos una audioguía, dábamos la vuelta como turistas, nos íbamos al baño, sacábamos la nuestra y al devolverla dejábamos dos. Las audioguías no las tienen contadas, las echan en un cubículo, recargan y las toman de nuevo los visitantes. Es muy simple” dijo Yosu.
La historia del audio que escuchan los visitantes también es algo bastante peculiar, ya que la voz que narra corresponde a Xokonoschtletl Gómora, líder de la Asocación Civil Yankuik Anahuak y quien es un descendiente de aztecas.
“Hola, te doy la bienvenida a esta audioguía de la verdad. Una versión de la historia contada por los herederos de los que sufrimos la invasión europea. Mi nombre es Xokonoschetlet Gómora, soy un descendiente azteca, y he dedicado mi vida a que la sagrada corona de nuestro emperador Moctezuma vuelva a nuestra tierra. Hoy es 13 de agosto del año 2021, un día de luto para México porque se cumplen 500 años de la destrucción de Tenochtitlán a manos del invasor español Hernán Cortés”, se puede escuchar.
Asimismo, Gomora explica a lo largo de ocho minutos que el penacho en realidad es una corona y su nombre real es Kopilli Ketzalli, lo cual significa poder espiritual.
“No creemos en la versión, ni en las supuestas verdades y hechos de tantos año”, es una de las frases finales de el controversial audio.
A pesar de que el Penacho de Moctezuma es una pieza famosa, poco se sabe sobre ella. La pieza arqueológica e histórica, llegó a Austria en 1699 y permaneció ahí por más de 200 años, resguardado en el Palacio de Ambras. No se sabe la manera en la que llegó al país europeo, pero se sospecha que fue un regalo del tlatoani Moctezuma al conquistado español Hernán Cortés, y que al ser enviado a España por este último, el barco en el que viajaba fue saqueado por piratas, quienes lo extrajeron.
En 1978 fue restaurado primera vez y ha sido renovado en diversas ocasiones.
La pieza histórica está valuada en 500 millones de dólares, según el medio Oink Oink y está compuesta por mil 500 piezas y 222 plumas de distintas especies de aves. La estructura del penacho es de palillos de hilo de agave y algodón, con refuerzos que generan una red del mismo hilo. Mide 1.16 metros de alto, y tiene 1.75 metros de ancho. Su precio se debe a estas características, además de su rareza y antigüedad.
Una de las cosas por las que se ha negado que el Penacho de Moctezuma vuelva a México, es por su fragilidad, pues debido a esta, las vibraciones de un barco o un avión podrían dañarlo de manera permanente.
Fuente: Infobae