Boji, el perro viajero más famoso de Estambul
Este perro callejero ama pasear en metro, tranvía y ferry. Convertido en influencer por los vecinos de la ciudad, sus cuentas en las redes sociales suman miles de seguidores
Estambul celebra a su perro más famoso. Toda la ciudad lo llama Boji, que significa “pasillo del metro”, porque esa es el área por donde se maneja este perro callejero, que deambula por las estaciones de la ciudad en perfecta armonía con los ciudadanos.
Pero además de viajar en metro durante todo el día, Boji también se pasea en los buses, el tranvía, e incluso cruza el canal del Bósforo en ferry.
Recorre entre 30 y 40 kilómetros por día en Estambul, pasando por muchas de las estaciones de la red y haciendo al menos dos viajes en ferry. “Sabe a dónde ir. Sabe por dónde salir”, dice Avlin Erol, jefe de relaciones con los clientes del metro de Estambul.
El ayuntamiento de Estambul le creó una cuenta en twitter e instagram (@boji_ist), juntas ya suman 256.000 seguidores, aproximadamente, y son manejadas por el municipio. Muchos de los pasajeros lo conocen de cruzarlo todos los días y le sacan fotos y selfies que suben a sus redes. Y lo tratan con amor, porque Boji es un perro bueno, tranquilo e inteligente.
Boji Respeta las reglas básicas del transporte y su instinto de precaución le hace saber que se tiene que parar detrás de la línea amarilla. Además, un dato no menor, deja salir a los pasajeros antes de entrar.
El fotógrafo Chris McGrath pasó un día entero siguiendo a Boji por la ciudad. Se mostró sorprendido porque el perro sabía exactamente qué recorrido hacer: si se sube a un ferry y no es el que va al destino que quiere ir, se baja y busca el siguiente. “No sé cómo lo sabe, pero parece que le gusta subir en el ferry de Beşiktaş”, cuenta el fotógrafo, y agrega “Cada vez que pasa por delante de un autobús, una furgoneta o cualquier otro medio de transporte, simplemente quiere subirse a él. Es realmente extraño”.
Los perros tienen un gran sentido de la orientación. Una pieza clave, que forma parte de ese GPS que les viene de manera natural, es el olfato. Su memoria olfativa es capaz de rastrear lugares durante horas en búsqueda de algún olor que les resulte familiar, y así es como consiguen acercarse al lugar al que quieren llegar.
Otra parte fundamental de ese buen sentido de la orientación que poseen los perros, son sus propias retinas oculares. Muchos profesionales lo han investigado y coinciden en que dentro del globo ocular del animal existe una molécula que se conoce como criptocromo y que influye directamente en la orientación del animal a través del campo magnético y del procesamiento de lo que llaman ritmos circadianos.
Este último punto, según comentan los expertos, podría ser el más crucial respecto a la cualidad que desarrollan los perros para volver a lugares que ya les son conocidos.
Los trabajadores municipales también protegen y cuidan a Boji. Lo llevan a bañar y a que sea revisado por un veterinario. En la oreja, lleva una etiqueta que es habitual en los perros callejeros de la ciudad de Estambul, significa que está castrado y vacunado. Cuando descubrieron a Boji el viajero, le hicieron un estudio de comportamiento para asegurarse de que estaba bien y de que toda la interacción humana no era un problema para él ni para los que le rodeaban.
El ayuntamiento le armó una cucha para perros, que lleva su nombre en una de las estaciones del metro, y le dan de comer. En cada estación hay un área destinada a los animales donde les dejan agua y comida. Estambul es una ciudad con muchos perros, y sobre todo, gatos callejeros. Boji sabe exactamente donde se encuentran esos puntos especiales.
Este perro “simplemente quiere ir y hacer lo suyo, y viajar por ahí”, dice McGrath. Para muchos, se ha convertido en un miembro querido de la comunidad. Entre todos lo cuidan, es por eso que el municipio colocó carteles informativos en el sistema de transporte, dando a la gente algunas orientaciones sobre cómo interactuar con él.
Fuente: Infobae