Hace 14 años Felipe Calderón prometió una refinería, hoy solo hay una barda
En marzo de 2008 el entonces presidente Felipe Calderón, aprovechó el 70 aniversario de la expropiación petrolera para hacer un gran anuncio:
“Por primera vez en 30 años construiremos una nueva refinería con una inversión inicial de 12 mil millones de pesos el primer año. Con ello, se generarán miles de empleos directos e indirectos, fortaleciendo la economía nacional. Al recuperar la posición que México merece en el mundo como verdadera potencia petrolera, lograremos detener el crecimiento y desarrollo del país”, indicó.
Aseguró que eso se traduciría en prosperidad para los mexicanos: “contaremos, así, con recursos para construir más escuelas, más clínicas y hospitales, más carreteras y puentes, más redes de agua potable y drenaje, más electricidad, más vivienda, más programas sociales para combatir la pobreza, a fin de que toda tu familia pueda vivir mejor”.
Pero esto no ocurrió. Calderón dejó su mandato y jamás se construyó la refinería que prometió en Tula, Hidalgo, a la cual llamaría “Bicentenario”.
Lo único que ocurrió fue que se levantó una barda, que costó más de 500 millones de pesos, alrededor del terrero de 700 hectáreas que el entonces Gobernador Miguel Ángel Osorio Chong, compró a campesinos para entregárselo a Pemex y, con lo cual, se endeudó a los hidalguenses por más de mil 500 millones de pesos por 20 años.
14 años después de ese anuncio, lo único que existe en donde debería existir la Refinería Bicentenario es un terreno vacío, resguardado por una barda perímetral.
El exalcalde de Tula y ex diputado local de Morena, Ricardo Baptista González, asegura que la refinería Bicentenario fue otro fraude de Calderón.
“¿Qué representa esto? Representa un gran fraude y graves daños a los habitantes de esta región”, aseguró en entrevista para SinEmbargo.
Se trata de la suma de varios factores: primero fue la resistencia de los ejidatarios y pequeños propietarios para vender sus parcelas, y luego, la frustración porque con el dinero de la venta, un millón de pesos por hectárea, muchos de los comprar maquinaria y equipo para participar en la construcción, cosa que jamás ocurrió.
Luego llegó Enrique Peña Nieto con la misma promesa. En su campaña presidencial del 2012 firmó ese compromiso ante notario público e incluso propuso construir el aeropuerto en Tizayuca.
Fue el 20 de mayo de 2012 que Peña firmó, ante 10 mil priistas reunidos en la Plaza de Toros de Pachuca, que su Gobierno sí cumpliría con la promesa de concluir la construcción de la Refinería Bicentenario en Tula y el aeropuerto.
“La refinería en Hidalgo, que sólo ha sido promesa, nosotros la haremos realidad, al igual que el aeropuerto”, manifestó Peña en aquel momento.
Tampoco ocurrió. Peña Nieto impulsó la Reforma Energética, aprobada por los partidos firmantes del Pacto por México, canceló la Refinería Bicentenario y dio todo el apoyo al Aeropuerto Internacional de México, en Texcoco, Estado de México.
“Fue otro engaño… todo ha sido un fraude esto”, agrega Baptista, quien hace hincapié en que, de la refinería, sólo quedó la deuda de más de mil 500 millones de pesos que contrató Osorio Chong y que están pagando los hidalguenses.
Ahora, en parte de los terrenos para la frustrada refinería se tiene contemplada la construcción de un hospital del IMSS, según dio a conocer el Presidente Andrés Manuel López Obrador, quien decidió hacer la obra energética en Dos Bocas, Tabasco.
Pero la mayor parte de la superficie de los terrenos seguirá sin ser utilizada, pese a su estratégica ubicación en Tula, a unos metros del Arco Norte, la autopista que conecta a la red carretera del Norte, el Centro y el Sureste del país, y muy cercana al nuevo aeropuerto Felipe Ángeles.
El experto en refinación petrolera, el ingeniero Herminio Morales González, asegura que la cancelación de la refinería en Tula, que potenciaría a la que ya existe, no sólo afectó a los tres municipios en los que se ubicaría, sino a todo el estado de Hidalgo y lo califica como un “símbolo de corrupción”.
Fuente: Polemón MX