2022 fue el año de la Inteligencia Artificial (y 2023 lo será también)
Parece más que apropiado que la FundéuRAE nombrara a la “Inteligencia Artificial” (IA) como la palabra del año en este 2022. Se trata de una tecnología expansiva que abarca una buena parte de las funciones de las aplicaciones digitales que usa casi cualquier persona hoy en día: algoritmos para recomendar canciones, publicidad en internet que identifica patrones de navegación y consumo; incluso, algo tan sencillo como el autocorrector de un celular utiliza algún tipo de IA para su función.
En general, la Inteligencia Artificial lo que ofrece es la posibilidad de automatizar procesos. Mediante la recopilación, análisis y procesamiento de información—que llega en ocasiones desde millones de bases de datos y en tiempo real—puede ejecutar tareas rutinarias. Sin embargo, cada vez se difumina la línea entre lo rutinario y lo excepcional (algo que sólo pueda llevar a cabo un ser humano, por ejemplo) y a lo largo de 2022 han habido algunos avances enormes en el desarrollo de estas tecnologías.
Consolidación de la Inteligencia Artificial Generativa
Por años la Inteligencia Artificial “sólo” podía descifrar información, con miras a reconocer patrones y poder presentar opciones—desde responder preguntas o estructurar actividades—, pero ahora presenta posibilidades reales de generación; es decir, a través de redes de aprendizaje profundo, una IA hoy en día puede crear imágenes, videos y hasta textos, siguiendo como base los miles de millones de ejemplos de lo que se solicita en internet.
El año cerró en esta materia de Inteligencia Artificial Generativa en una nota alta. Con el lanzamiento de ChatGPT se puso al descubierto que los robots que modelan lenguaje humano están muy cerca de desbancar la capacidad de los humanos para articular textos de una manera pretendidamente única. Y ni se diga de las apps que crean retratos absolutamente fantásticos sin la necesidad de un “artista”.
Automatización de vehículos: terrestres y voladores
Pero la Inteligencia Artificial en este 2022 no sólo mostró avances en tecnologías para hacer trampa en la escuela o para transformar a una persona en su personaje de anime favorito. Por allá de mayo pasado, en algunas ciudades de China (empezando por Pekín) se hicieron las primeras pruebas beta de robotaxis completamente operados por máquinas, ya sin pilotos humanos listos para corregir errores sobre la marcha.
En esa misma veta de automatización, la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos dio el primer permiso de diseño a un dron no militar a una empresa que prepara servicios de vehículos que pueden operar solos, específicamente para la distribución de paquetes. Ese delivery operado por Inteligencia Artificial ya funciona con pruebas intermitentes para distribuir medicinas en algunas ciudades en Estados Unidos. Esa misma tecnología hace suponer que en el futuro muy cercano también comiencen a funcionar taxis voladores en todo el mundo.
Entre guerras comerciales y discusiones éticas
A mediados de año se hizo noticia que un ingeniero de Google quedaba suspendido de su chamba por andar diciendo que una Inteligencia Artificial llamada LaMDA había cobrado conciencia. La realidad es que fue más llamarada de petate que otra cosa; sin embargo, 2022 también ha sido un año en el que se han puesto sobre la mesa discusiones importantes sobre el papel que desempeña la IA. Particularmente, sobre sus alcances cuando se da rienda suelta a ese tipo de tecnología.
En China se pusieron en práctica este año códigos de ética sobre el uso de algoritmos e Inteligencia Artificial en aplicaciones ofrecidas a públicos amplios. También, hubo tensiones considerables entre el gigante asiático y Estados Unidos sobre la producción de chips con potencia suficiente para la “educación” de IAs. Al mismo tiempo, Meta hizo pública toda la información de una de sus Inteligencias Artificiales más importantes. Esto con miras a que no pueda salirse del corral su entendimiento del lenguaje humano.
¿Puede haber un futuro mejor?
Muchos de los avances en el mundo de la Inteligencia Artificial pueden dar miedo. Al final del día, buena parte de lo que pretende esa tecnología es hacer innecesaria e intrascendente la mano de obra humana. La IA podrá realizar las mismas actividades con mayor precisión y de maneras óptimas. Pero la innovación en este terreno puede conllevar implicaciones preocupantes.
Pero la realidad es que también la Inteligencia Artificial se trata de una maravilla tecnológica. Bien puede ayudar a que la humanidad viva mejor, con apoyos importantes a la solución de problemas apremiantes. Que 2023 sea el año de la IA otra vez, pero con enfoques que vayan más allá de dibujitos simpáticos y videos cotorros.
Fuente: Sopitas