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Este es el contenido nutrimental del bolillo según la UNAM

Ya sea como una torta que puede contener una enorme gama de alimentos, hasta chopeado en el chocolate, el bolillo es un clásico de las mesas mexicanas. Es el mejor acompañamiento de ciertos platillos y la salvación ante un fuerte susto.


Siendo un pan tan tradicional en el país quizá nunca te has puesto a pensar acerca de su origen, o cuál es su contenido nutrimental pero la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) no ayuda a resolver estas y otras dudas sobre el bolillo.

El origen del bolillo


La Coordinación de nutrición del Centro de Desarrollo Infantil (CENDI) de CU y la UNAM, explican que el bolillo es un pan tradicional mexicano, de sencillo sabor y bajo precio, por lo que es uno de los favoritos del país.


De hecho, es una de las formas más comunes de pan salado. Se caracteriza por tener forma de rombo con una hendidura en el centro. Es crujiente por fuera y suave y esponjoso por dentro, lo que todos conocemos como migajón.
Por su versatilidad forma parte de muchas preparaciones de la gastronomía mexicana como molletes, tortas, pambazos y capirotadas. ¿Ya se te antojo? Pues antes de que corras a comprar uno te invitamos a conocer la historia de su origen.


La UNAM señala que, durante la Colonia, los españoles introdujeron diversos cereales, entre ellos el trigo. Pero no solo eso, también compartieron la técnica de los molinos de rueda de piedra. Pero entonces ¿por qué decimos que el bolillo es mexicano?


El artículo, El Trigo en México, de la Cámara Nacional de la Industria Molinera de Trigo, señala que fue Juan Garrido, un esclavo de Hernán Cortés, quien encontró tres granos de trigo entre un costal de arroz, y decidió plantarlos en un solar ubicado en la actual Ribera de San Cosme en la Ciudad de México. De dichos granos germinó solo uno, que dio 180 granos más, y de esa espiga se hicieron otras siembras que comenzaron a cultivarse en diferentes regiones.


No obstante, fue hasta el Porfiriato cuando la cultura francesa influyó en la vida cotidiana y en la cocina mexicana, incluyendo la panadería. Y, de ahí viene el origen del bolillo, aunque hay diferentes historias sobre cómo fue inventado.
Una de las más aceptadas cuenta que el creador de este pan fue Camille Pirotte, uno de los panaderos de la corte de Maximiliano de Habsburgo quien, tras varias pruebas fallidas con un mismo tipo de masa la dejaba podrir, no se esperaba que ello provocará la fermentación del trigo actuando como la levadura que le hacía falta para darle la consistencia esponjosa que amamos.


Pero más allá de su sabor, la razón por la cual se volvió tan popular en el país es que Pirotte era muy querido por el pueblo debido a que les regalaba el pan que no se vendía.


Y sobre el nombre del pan, este tiene un origen curioso pues como las personas no sabían pronunciar el apellido del panadero se fue acuñando la palabra «Birote» para denominar al pan que preparaba.

Posteriormente, en el siglo XX, los panaderos comenzaron a vender el bolillo calientito con el fin de destacar de la competencia, incluso se dice que cada 20 minutos salía una ronda recién horneada y de ahí viene la frase «se vende como pan caliente».

Contenido nutrimental del bolillo


El bolillo tiene entre sus ingredientes principales: harina de trigo, levadura, agua y sal.


Considerando lo anterior, la UNAM señala que las calorías que aporta son principalmente provenientes de carbohidratos. Así, según el Sistema Mexicano de Alimentos Equivalentes, 1 pieza de 60 gramos de bolillo contiene 183 calorías, 5.7 gramos de proteína, 39 gramos de carbohidratos y 341.4 miligramos de sodio.


Se recomienda un consumo moderado. De hecho, una porción de bolillo se considera equivalente a solo 1/3 de pieza, es decir, si consumes uno completo estarás comiendo lo que equivaldría a 3 tortillas de maíz o hasta 7 tazas y media de palomitas de maíz naturales.


¿Sirve comer un bolillo para el susto?


Es una creencia popular que después de pasar por un momento de angustia o miedo, comer un bolillo ayudará a nuestro cuerpo a sentirse mejor, pero ¿esto es verdad?


De acuerdo con el artículo de la UNAM, cuando sufrimos un susto, nuestro cuerpo segrega adrenalina y cortisol, también se alteran temporalmente los niveles de glucosa en la sangre y, aunque no lo creas, comer un bolillo sí puede ayudar a estabilizar el azúcar en la sangre y a contrarrestar la sensación de hueco en el estómago, ya que los carbohidratos y las grasas inhiben la producción de ácidos.


Pero la realidad es que dicho efecto se podría conseguir con cualquier otro alimento, pues el simple acto de masticar puede funcionar como distractor y ayudar a mitigar los efectos del miedo. Así que puede elegir el bolillo o cualquier otra cosa que te haga sentir mejor.

Fuente: El Universal

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